El Festival del Vi i la Gastronomia de Cambrils también tiene ‘groupies’. Hay quien se reserva este fin de semana en el calendario para no perdérselo desde hace años. Los hoteles lo notan: es una fecha con una gran ocupación pese a que el verano ya se ha ido. Desestacionalizar el turismo lo llaman. El Parc del Pescador está a rebosar el sábado por la tarde. “Si nos perdemos, quedamos en esta botella gigante donde pone Cambrils, entrada al país del vi”, bromea un grupo de amigos.

La cola para comprar tiques es cada vez más alargada en el exterior. Dentro cuesta ya encontrar una mesa para sentarse y de fondo suena la música de Roberto B., que actúa en directo en un pequeño escenario frente a melómanos que se toman una copa de vino y minihamburguesas gourmet. El ambiente es festivo y acogedor, invita a pasar, ni que sea para curiosear y pasear entre los setenta stands de esta 15 edición, que arrancó el jueves y finaliza este domingo por la tarde.

Asistentes se fotografían junto a una gran botella

Están presentes las principales bodegas de vino de la provincia de Tarragona, pero también hay cava, vermut, aceite de oliva y puestos de restaurantes locales. Las empanadillas argentinas triunfan. “El Festival del Vi i la Gastronomia Cambrils es más que una feria del vino: es un escaparate de lo que somos y de lo que ofrecemos como destino. Cambrils es sinónimo de buena cocina, vinos de calidad y hospitalidad”, dice la concejal de Turismo y Promoción Económica, Patricia de Miguel.

Alberto es un asiduo a este evento desde que se mudó de Tarragona a Cambrils hace una década. Ha ido a tomar una copa de vino con unos amigos, pero la cosa se ha liado. “Al final nos hemos cogido una botella y vamos a cenar aquí. Se está muy a gusto”, dice.

Actuación de Roberto B.

El público es muy heterogéneo: familias, parejas, amigos, mayores, medianos, pequeños… Hay mucho alemán, belga y suizo. “Está muy bien montado y, si te gusta el vino, aquí hay muy buenos por lo que veo”, comenta Abel, que se estrena en la feria. Su mujer, Beatriz, prefiere cava: “He tomado uno rosado muy rico”.

La oferta se completa con un mercado de artesanía y puestos de artistas locales. Además, por primera vez hay un Aula del Vi, un espacio pedagógico con más de 20 actividades programadas, como catas o presentaciones de denominaciones de origen y productores.

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