El 19,8 % de los adolescentes españoles, de entre 14 y 17 años, ha pensado en suicidarse y un 15,7 % lo ha intentado alguna vez, según un estudio liderado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), en la que ha participado la Universitat Rovira i Virgili (URV).

Los investigadores combinaron metodologías cualitativas y cuantitativas a partir de encuestas a 1.034 adolescentes, 228 de ellos LGTBI+, y 44 participantes LGTBQI+ en grupos de discusión. Los resultados revelan que el 11,2 % de los adolescentes afirma que se siente muy o bastante infeliz y el 38,8 % dice que ha experimentado soledad de forma regular en el último año. En cuanto a situaciones de depresión, un 14 % se encuentra viviendo episodios graves y un 6,6 % episodios severos.

Además, el estudio recoge que un 15,7 % de los encuestados asegura haber intentado suicidarse y el 19,8 % señala que lo ha considerado, mientras que el 29,3 % manifiesta que durante el último año ha llevado a cabo conductas autolesivas, y un 10,5 % indica pensar en ello con frecuencia.

Los adolescentes que tienen buenas relaciones y el apoyo de la familia, la escuela y sus iguales están más protegidos frente a la depresión y el riesgo de suicidio. En cambio, a mayor percepción de violencia recibida y menor conexión o apoyo familiar, escolar y social (con iguales), aumentan el grado de depresión, la ideación suicida, las autolesiones y la soledad no deseada y, en consecuencia, disminuye el grado de felicidad percibida en los adolescentes.

El estudio también ha detectado más acoso en el grupo LGTBI+ que en los adolescentes cis y heterosexuales. “La adolescencia LGTBI+ tiene significativamente menos conexión con la familia y con el entorno escolar. El rechazo familiar, el acoso entre iguales y las microagresiones aparecen relacionados con un mayor malestar psicológico en adolescentes LGTBI+”, explica la investigadora principal del estudio y profesora del departamento de Psicología de la URJC, Yolanda Pastor.

Las conclusiones principales del estudio enfatizan la importancia de las redes de apoyo de la familia, el entorno escolar y los iguales en la adolescencia como elementos esenciales para tener una buena salud mental. “El apoyo familiar y del entorno escolar son los factores de más peso, que generan resiliencia y protección frente a las violencias entre iguales y las adversidades que a veces se producen”, destaca Pastor.

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