Alexandru Dantis guarda con especial cariño en su casa de La Pineda una camiseta de Gheorghe Hagi de su etapa en el FC Barcelona, firmada por el astro rumano y por su entonces compañero Gica Popescu. Es una de las más de 400 zamarras de fútbol de su colección, la mayoría regaladas por jugadores y usadas en partidos.
“Al principio las compraba, pero, por suerte, tengo amigos que juegan a fútbol, conocen mi locura por las camisetas y suelen regalármelas”, explica Dantis, que llegó a Vila-seca con diez años desde su Rumanía natal y desde hace tres vive en La Pineda con su pareja.
Las paredes de su casa están adornadas con camisetas del Manchester United, el Barça, el Rayo Vallecano, la selección rumana o incluso de la exótica selección de Malasia. Eso sí, la mitad son del Nàstic de Tarragona, el equipo de sus amores. Tiene de Robert Simón, Joan Oriol, Pablo Fernández… “Casi todas me las dan en los partidos y pido que me las firmen”, cuenta Dantis, de 30 años.
El futbolista del Rayo Vallecano Andrei Rațiu le regaló por sorpresa la suya tras el partido de clasificación para la Eurocopa de 2022 entre Andorra y Rumanía. “No me esperaba que me la diera porque no se la pedí. Al final del encuentro fue a saludarme y me la dio. Me emocionó mucho”, recuerda.


Las primeras camisetas de su colección fueron dos de la selección rumana y una del Bayern de Múnich que heredó de su hermano Daniel con apenas ocho o nueve años. A partir de los dieciséis empezó a potenciar este hobby, “que me saldría muy caro si no fuera porque me regalan muchas”.
Ahora está intentando conseguir las de los futbolistas Adri Arjona y Aleix Coch. “Me haría una ilusión especial porque son de Vila-seca”, comenta.
También guarda más de cuarenta pares de botas, de jugadores como Emaná, Sergio Busquets o el colombiano Luis Suárez; balones con los que se han disputado partidos en Segunda División y Primera RFEF, y guantes de porteros, como Bernabé, Dani Parra o Manu García.
Dantis es un apasionado del fútbol. De niño iba con sus hermanos, Daniel y Adrián, a jugar en la calle o en el campo de Deta, su ciudad natal. “Siempre me llevaban y cuando faltaba alguien me dejaban jugar”, dice. Ha jugado como mediocentro en varios equipos, como Deta, Vila-seca o Tarraco, y actualmente milita en el Tarragona FC.