A mitad de temporada, los hoteleros de la provincia de Tarragona valoran con moderado optimismo el desarrollo del verano. Aunque las dinámicas varían según el territorio, se mantiene una fuerte dependencia de las reservas de última hora, con estancias más cortas y un gasto más contenido por parte de los clientes, fruto tanto de la menor disponibilidad económica de muchas familias como del aumento de precios derivado de los gastos que deben asumir los hoteles, señala la Federació d’Associacions d’Empresaris d’Hostaleria de la Província de Tarragona (AEHT).
La Costa Daurada urbana y litoral, con Tarragona, Cambrils y Reus como puntos destacados, vive una temporada muy similar a la del año pasado. En Reus, la ocupación media se mantiene en torno al 60% entre semana y roza el 90% los fines de semana, con perspectivas de llegar al 90-95% en agosto. En Cambrils, los datos son prácticamente idénticos a los de 2024, aunque con un aumento de las reservas de última hora. Tarragona ciudad presenta una ocupación del 85% en julio y prevé llegar al 95% en agosto, con un incremento del precio medio que ayuda a equilibrar el aumento de costes.
En cuanto a Salou y La Pineda, se detecta un perfil de visitante con una capacidad de gasto más limitada, que tiende a reducir al mínimo el consumo en destino. Esta realidad favorece fórmulas como el “todo incluido” y se traduce en una disminución del volumen de negocio para los restaurantes y establecimientos locales, a pesar de mantenerse unas buenas cifras de ocupación.
“Estamos trabajando en diferentes frentes para romper con esta estacionalidad veraniega y propiciar más reservas de calidad y de empresa fuera del pleno verano. Seguimos apostando por un turismo que no dependa solo del sol y la playa”, señala Jordi Ferré, presidente de la asociación hotelera de la AEHT