Han pasado más de 33 años desde que OBK lanzó su primero disco, ‘Llámalo sueño’, el octubre de 1991. El grupo de pop electrónico surgió de de la pasión por la música de dos amigos, Jordi Sánchez y Miguel Arjona, y se consolidó como uno de los fenómenos fans más destacados en España. Vendió 400.000 copias de aquel primer álbum, que contenía éxitos como ‘Oculta realidad, ‘De qué me sirve llorar’ , ‘Historias de amor” y ‘La princesa de mis sueños’, canciones que a buen seguro sonarán el 17 de mayo en la sala Razzmatazz de Barcelona, cita de la nueva gira del grupo catalán.
OBK ha vendido mas de 1,5 millones de discos y ha realizado más de 1.000 conciertos entre España, Europa y Latinoamérica. Desde 2012 sigue sin uno de sus componentes, Miguel Arjona, que dejó el grupo, pero mantiene su espíritu y hace de cada actuación una fiesta.
«Una de las claves del éxito de OBK son sus letras, la gente se siente identificada con ellas. Hablan de sentimientos universales: amor y desamor. No hay nada más que mueva a un creador. En este país, hacer canciones de amor está visto como algo despectivo, pero todo el mundo habla de amor: Leonard Cohen, Bob Dylan, Elton John…», dice Jordi Sánchez.
El directo es otro de sus fuertes. «Mi actitud sobre el escenario siempre sorprende a favor. Los grupos electrónicos tienen un áurea de frialdad, de ser gente muy estática, y en cierto modo es cierto. Pero yo tengo esa actitud rockera que he aprendido de mis ‘padres’ Depeche Mode. Por mi manera de ser, mi pasión por lo que hago o mi vena latina, necesito tener mucha complicidad con el público, que se entretenga y lo pasemos de puta madre en todo momento. Por eso siempre digo «esto no es concierto, es una fiesta».
Eso ha llevado a OBK a ser un fenómeno fan, algo que no siempre le ha beneficiado. «Parece que tenemos que pedir perdón por haber triunfado en los 40 Principales. La prensa especializada nos ha ignorado sistemáticamente; si tienes fans no te da credibilidad. No soy pionero de nada, pero intento hacer las cosas de la mejor manera posible, ser coherente. OBK no está aquí por las fans ni es flor de un día», cuanta Sánchez.
¿Y vuelven a estar de moda los 90? «Esto es cíclico. Hemos crecido y nos gusta recordar cómo éramos cuando éramos adolescentes y queríamos comernos el mundo», concluye el cantante.