La salouense Martina Díaz, de 8 años, es una de las grandes promesas mundiales de la lucha. Pese a a su juventud, ya ha ganado una treintena de medallas, entre ellas el oro en el campeonato del mundo de jiu-jitsu y la plata en el de grappling, celebrado el pasado junio en Valencia. Compite en la categoría de menos de 29 kilos, aunque ha participado también en la de menos de 31 kilos. “Mi sueño es luchar en la UFC, como Ilia Topuria”, afirma.
Díaz entrena en el gimnasio Free Jiu-Jitsu de Salou, donde luce el cinturón blanco con cuatro grados. Llegó a jiu-jitsu porque su prima lo practicaba y quiso probar. “Me gustó mucho desde el primer momento. Aunque no sabía hacer casi nada, me sentí muy bien y fui aprendiendo clase a clase”, recuerda.
También se le da bien el grappling, que un tipo de lucha similar al jiu-jitsu, pero sin kimono, con pantalón y camiseta de manga corta. “Como no hay cinturón, el nivel del luchador se ve por el color de la ropa. Por ejemplo, si llevas camiseta blanca, es como si fueras cinturón blanco”, explica.


Su primera competición fue en Reus. “Un día, al acabar el entrenamiento, mi entrenador me dijo: ‘Como lo estás haciendo tan bien, tus padres podrán verte competir contra otros niños y niñas’. Me hizo muchísima ilusión”, cuenta. Ganó el oro en la categoría de menos de 29 kilos y perdió en la de 31 kg. “Yo era cinturón blanco con dos grados y luché contra alguien con cinturón gris-blanco”.
En junio llegó su primera gran cita: el Mundial. Y logró un título y un subcampeonato. “Fue una locura. No me lo creía. Estaba súper contenta. Mi familia también se emocionó mucho, algunos incluso lloraron”, dice.
Su reto es “seguir siendo campeona mundial cada año. Y cuando sea mayor, quiero hacer MMA (artes marciales mixtas)”. Asegura que se pone nerviosa antes de competir, “pero cuando empieza el combate, me activo y se me pasan”.