Las obras para convertir la antigua aduana de Salou en un edificio de apartamentos “avanzan a buen ritmo”, según informa el consistorio. Ubicado en la calle Barcelona, dispondrá de tres plantas con inmuebles de “alto nivel, diseñados con criterios de eficiencia, sostenibilidad, confort, lujo y tecnología”. En la azotea habrá un rooftop con vistas al mar y a los chalets modernistas del paseo Jaume I.
El alojamiento abrirá durante todo el año, “lo que contribuirá a la desestacionalización del turismo”, afirma el alcalde, Pere Granados, que destaca que “este modelo favorece una mayor sostenibilidad social y económica y la creación de puestos de trabajo de calidad”.
El edificio tendrá en la planta baja una galería comercial y contará con un aparcamiento subterráneo de dos niveles, con 130 plazas, 16 de las cuales destinadas a vehículos eléctricos, que funcionará de manera independiente del equipamiento turístico.
El proyecto prevé también la recuperación de elementos arquitectónicos originales de gran valor patrimonial de la antigua aduana, como los arcos del primer piso o las barandillas de los balcones, que se están reconstruyendo artesanalmente para replicar fielmente las originales. Uno de los elementos más simbólicos es la Fuente de Fernando VII, que ha sido restaurada y recolocada pieza a pieza en la esquina de la calle Barcelona con la calle Llevant.
Granados celebra que se pueda “recuperar un edificio emblemático de la historia de Salou”, y asegura que su nueva vida supondrá “un auténtico revulsivo para el centro del municipio”.




