Llevo más de una década veraneando en La Pineda, en un apartamento sin parking. Siempre me ha gustado el ambiente familiar, la tranquilidad y la posibilidad de disfrutar del verano sin grandes complicaciones. Cada año venía con la seguridad de que, con algo de paciencia, acabaría encontrando sitio para aparcar sin pagar. Pero este verano me he encontrado con una sorpresa indignante: todas las plazas de aparcamiento están pintadas de verde o azul. Ni una sola zona blanca. Ni una.
El Ayuntamiento de Vila-seca parece haberse olvidado de un perfil muy habitual en La Pineda: los veraneantes de siempre, los que alquilamos año tras año el mismo apartamento, los que consumimos en los bares, supermercados y panaderías del barrio. Con esta medida da la sensación de que no somos bienvenidos si no venimos con tarjeta de residente o reservamos hotel con parking.
Y no se trata de quererlo todo gratis. Entiendo que haya zonas azules cerca de los comercios o plazas verdes para los vecinos que viven todo el año. Pero convertir toda La Pineda en zona de pago, sin dejar una sola alternativa libre, no es una mejora, es una barrera. Y una barrera que puede hacer que muchos nos replanteemos volver.
Esta decisión no solo nos afecta a nosotros, seguro que también lo notarán los negocios locales, que llevan años beneficiándose de un turismo fiel y familiar. A muchos nos está costando sentirnos cómodos este año, y eso duele. Porque La Pineda siempre ha sido un lugar cercano, sencillo, accesible.
Ahora, empieza a parecerse a tantos otros sitios donde lo único que importa es sacar rendimiento a cada metro cuadrado. Y cuando un lugar deja de sentirse como casa, uno acaba buscando otra. Qué pena tener que decirlo.
Miguel Gimeno
Turista de Zaragoza