‘Dorlite. La forja de un gigante’ (Ediciones Beta) es la nueva novela de la escritora y abogada bilbaína afincada en Reus Ana de Larrínaga, que se pondrá este mes a la venta en las librerías y se presentará en la Diada de Sant Jordi de la capital del Baix Camp. La obra está ambientada en la Irlanda de principios del siglo XX y retrata a dos familias que representan a dos mundos diferentes.
Larrínaga, nacida en Bilbao en 1955, es licenciada en Derecho y estudió Bioética Legal y Gestión Global de Inmigración. Por motivos de trabajo, vivió con su familia en el Golfo Pérsico, en Kuwait y en Catar. Gracias a sus conocimientos de árabe clásico, cubió en Beirut el asesinato de Rafik Hariri en 2005 para medios de comunicación en los que colabora con artículos de opinión, la mayoría de temática jurídica. Es autora de cuentos y relatos, además de la novela Tara, prologada por Manu Leguineche. Abogada de profesión tiene fijada su residencia entre Reus y Bakio, en Bizkaia.
El enfoque de ‘Dorlite’ le llegó después de estudiar la gestión global de emigración. El leitmotiv, el motivo central que se le repite en la obra literaria, “es pensar globalmente, pero actuando localmente. Las personas que nos rodean casi siempre es gente sencilla, pero con historias dignas de memoria. En la vida hemos conocido gente interesante, con historias increíbles, pero se me ocurrió mirar un poquito más allá. A veces corremos tanto que se nos pasan historias que suceden alrededor que son interesantísimas”.
La autora ilustra en la novela a dos familias de principios del siglo XX, ambientadas en la Irlanda posterior al tratado angloirlandés por el que la isla se separa del Reino Unido, formando un nuevo dominio del imperio británico, el Estado Libre de Irlanda. El libro narra cómo a principios de ese siglo, dos familias, dos mundos separados por millas de agua marina, albergan almas luminosas. Artesanos y liberales, con sus luces y sombras que superarán diferentes vuelcos de unas vidas no exentas de villanos.
En Dublín, Sean Fitzwilliam, un parlamentario irlandés de “ascendencia” movido por sus ideas neoliberales, obvia los prejuicios de clase y consigue que la sociedad irlandesa dé un salto de más de un siglo en avances sociales. En paralelo, en el seno de una familia bilbaína, Julius, un orgulloso estudiante de Artes y Oficios descubre la belleza qué desprenden los ornamentos arquitectónicos en piedra artificial de su ciudad natal. Conocedor de que el mármol natural, de por sí muy bello, resiste mal los efectos de la intemperie, crea ‘Dorlite’. No se lo van a poner fácil, y por si fuera poco, su vida familiar se descompone. Aun así, el Dorlite vestirá, desde entonces, edificios emblemáticos de Bilbao por dentro y por fuera.
Es el momento en el que Larrínaga recrea a esas dos familias que “luchan por una sociedad que me ha creado siempre muchas simpatías. He conocido familias de aquellos momentos en Bilbao que me contaron muchos recuerdos y bellas historias. Gente luminosa”.
Personajes ficticios, pero con historias reales en las que, sin revelar la identidad de sus protagonistas, “muchas de las personas que lean mi libro se darán cuenta de los personajes a los que me refiero. El mentor de uno de estos, al no haber escuela de arquitectura en Bilbao se trasladó a Barcelona, para trabajar con Gaudí. En el libro trato de contar una buena historia, sin recurrir a personajes grandiosos sino a personas con una vida como las que habitualmente conectamos. Quiero que las personas que lean el libro terminen con la conclusión de sentirse bien, con satisfacción de haberlo leído”, dice Larrínaga.